jueves, 5 de septiembre de 2013










Cuando son cachorros deberán experimentar:
  • Interacción con otros perros (comunicación, aprendizaje de conductas de grupo).
  • Interacción con otros animales (gatos, cobayas, pájaros, caballos).
  • Interacción con seres humanos.
  • Habituación a los estímulos ambientales, tales como; sirenas de automóviles, ruidos cotidianos en el hogar, aviones, sonidos estridentes —fuegos artificiales de Año Nuevo— y también acostumbrarse a las multitudes o tráfico pedestre.
Entre los sentidos caninos, el del sabor es el que menos se ha investigado y a menudo se le ha relacionado con el olfato. Los perros pueden distinguir los sabores básicos de manera similar a los humanos, aunque casi no distinguen el salado. Sin embargo, los gustos preferidos pueden diferir mucho de un perro a otro, pues parece que no eligen la comida según el tipo de gusto, sino según su intensidad —fuerte sabor / gusto suave—. Los primeros meses de la vida de un cachorro son bastante importantes en este sentido ya que suelen probar muchos sabores diferentes cuando son jóvenes también desarrollarán un gusto por la variedad cuando sean adultos. Al igual que los humanos y que muchos otros animales, los perros tienen la capacidad de asociar determinados gustos con los problemas de salud. Si un alimento los hace enfermar o hace que se encuentren mal, tenderá a evitar el sabor de este alimento en el futuro. Esto forma parte de un mecanismo de defensa instintivo, que protege a los animales de envenenarse por la ingestión frecuente de sustancias tóxicas.